15 de enero de 2012

El Judaismo

De las grandes religiones monoteístas existentes en la actualidad, el judaísmo es la que posee más antiguas raíces. De su seno brotó el cristianismo, en tanto que el Islam adoptó diversos elementos judaicos y reconoció como profetas a Abraham y Moisés.
El judaísmo es la religión de los judíos, israelitas o hebreos, y abarca tanto las creencias como las costumbres y el estilo de vida propios de esta comunidad étnica, mantenidos con constancia y flexibilidad a través de las vicisitudes de cuarenta siglos de existencia.


El judaísmo en la historia
Para el pueblo judío la historia no se limita a una sucesión de acontecimientos; es una historia sagrada, que comienza con la elección del pueblo por parte de Dios -Yahvé- y se orienta hacia el cumplimiento final de su promesa de que por mediación de este pueblo Dios bendecirá a todas las naciones. En el curso de esa historia, los sabios judíos incorporaron a los libros sagrados un amplio corpus de textos que constituyen hoy el fundamento de su religión.

Período bíblico
La Biblia hebrea -que a excepción de algunos libros coincide esencialmente con el Antiguo Testamento cristiano- narra los hechos fundamentales de la historia del pueblo judío, desde el momento trascendental de la elección y la alianza con Dios. Los judíos dividen su Biblia en tres partes: la Ley (Torá), los Profetas (Nebiim) y los Hagiógrafos (Ketubim).
Doctrina y culto
El judaísmo es una religión monoteísta que postula una relación continua entre Dios y el pueblo judío, y por medio de éste con la humanidad. Toda su doctrina y su culto se centran, por tanto, en la iluminación de las vinculaciones de Dios y del hombre, de la vida superior y la vida terrena.
Dogmas. Maimónides, teólogo judeohispano del siglo XII, resumió la fe judaica en trece artículos que se incorporaron a los libros de oraciones y que son los siguientes: (1) Dios es creador y providencia del mundo; (2) Dios es uno y único; (3) Dios es espíritu y no puede ser representado bajo ninguna forma; (4) Dios es eterno; (5) a Dios sólo debemos dirigir nuestros rezos; (6) todas las palabras de los profetas de Israel son verdaderas; (7) Moisés fue el mayor de todos los profetas; (8) la ley, tal como los judíos la poseen, fue dada por Dios a Moisés; (9) ningún hombre tiene derecho a reemplazarla ni a modificarla; (10) Dios conoce todas las acciones y todos los pensamientos de los hombres; (11) Dios recompensa a quienes cumplen sus mandamientos y castiga a quienes los transgreden; (12) Dios enviará al mesías anunciado por los profetas; (13) Dios hará que los muertos vuelvan otra vez a la vida.
Dios y el hombre
Para el judaísmo, la humanidad constituye una gran familia salida toda ella de una sola pareja: Adán y Eva, creados ambos por Dios. Los rabinos comentan que el barro para moldear a Adán lo tomó Dios de diversas partes del mundo, a fin de que el hombre se sintiese en cualquier país como en su hogar.
El hombre es imagen de Dios y está dotado de libertad; si peca puede obtener el perdón divino con el arrepentimiento y la reparación del mal causado. La recompensa o el castigo tienen lugar en esta vida terrena y después de la muerte.
Al final de los tiempos, la humanidad conocerá una feliz era mesiánica, en la que todos los hombres vivirán en concordia. Los mandamientos de Dios se hallan recogidos en el Decálogo (los Diez Mandamientos), transmitido a Moisés, pero los hombres de otras religiones se salvarán si observan los mandamientos dados por Dios a Noé, que incluyen el rechazo de la idolatría y de la inmoralidad.
Otras prescripciones
La ley de Moisés y la ley oral recogen una reglamentación muy detallada acerca de toda la vida religiosa, pública y privada, que abarca desde los acontecimientos más importantes hasta las acciones cotidianas: ayunos, comidas, purificaciones, festivales, culto, ceremonias, objetos sagrados, etc.
Las circunstancias históricas no siempre permitieron su cumplimiento, y en los tiempos modernos la tendencia reformista y liberal del judaísmo prescindió de muchas prescripciones, sin renunciar por ello a la doctrina esencial.
Festividades y culto
Son festivos todos los sábados, el día de Pascua, Pentecostés y los tabernáculos. Son días de penitencia el día anual (Rosh Hashana) y el día de la Expiación o Gran Perdón (Yom Kippur), consagrado a la plegaria y al ayuno. Los días se cuentan desde la tarde hasta el atardecer del día siguiente, conforme a la expresión del Génesis: 'Y hubo tarde y hubo mañana; día primero.' En los sábados y festivos está prohibido todo trabajo. Algunos historiadores atribuyen gran importancia al calendario como unificador de las tradiciones y creencias del pueblo hebreo: 'El calendario judío es el catecismo judío.' En él, la fecha de la creación del mundo, a partir de la cual se inicia la cronología judaica, corresponde al año 3761 a.C.
La liturgia judía prescribe tres oficios cotidianos para los días laborables; en los sábados, en los festivos y en el comienzo de los meses religiosos se añade un cuarto oficio; y en el día de la Expiación un quinto.
Cada servicio público se concluye pidiendo a Dios que apresure el advenimiento de su reino sobre la tierra y proclamando la esperanza de Israel: 'En aquel día el Eterno será uno y su nombre será uno.'


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